viernes, 12 de septiembre de 2008




Aun al día de hoy, el ser humano sigue preso de sus costumbres más antinaturales, es capaz de hacerse superior al resto de animales que le rodea y esclaviza de forma inecesaria cualquier forma de vida existente.
Ese afán de superioridad es suplido con la muerte y la agonía de otros.
Sean personas o sean animales, ambos tienen vida,
ambos tienen derecho a vivir por igual, no unos a costa de otros.
Este tipo de prácticas es la cara oculta de la realidad humana;
la forma más irracional hasta ahora conocida: Matar por diversión.
¿Pero qué clase de seres somos?
Infelices, esa es la palabra.
Dicho ésto me asemejo con la frase: "Ni arte ni cultura, TORTURA"

Los Toros están vivos...
No Matarás.